¿Qué es lo más difícil en este mundo? ¿Escalar el Everest?,¿Ganar un premio Nobel?,¿Ser presidente? O, quizás, ¿Ganar un millón en una lotería donde participa medio planeta?
Pues no, nada de eso parece ser lo más difícil, por muy irónico que parezca, lo más difícil es lo que debería de ser una de las cosas más fáciles. Pero como todos sabemos, la vida tiene su propio curso y su propia ironía. Hablo de hablar, de hablar acerca de los fallos cometidos por uno mismo o por otra persona. No sé qué es más difícil; admitir que hiciste algo mal o perdonar los fallos que hizo otro. Tal vez depende de las circunstancias y de las personas, porque hay personas capaces de perdonar cualquier cosa por lo que, por desgracia, se les juzga de demasiado 'inocentes', 'ingenuos' o incluso 'idiotas'. Pero esas personas son las que todos anhelamos a ser. Poder perdonar de todo corazón, sin remordimientos ni quejas. Sin embargo hay otro tipo de personas, las del otro extremo, las que ni siquiera admiten que algo les ha ido mal y que únicamente ellos tienen la culpa de ello. Esas personas son los verdaderos 'idiotas', ya que si no dejas que tengan la oportunidad de perdonarte, no puedes esperar que algún día podrás perdonar a otra persona. A lo mejor es 'grande' ganar un premio nobel o escalar el Everest, pero los que de verdad consiguen algo difícil son las personas para las que perdonar a un amigo es como ganar un premio nobel de paz y ganarte la confianza de alguien es estar en el punto más alto del planeta, por encima de las nubes y del Everest. Esas son las personas a las que deberíamos admirar, los que saben perdonar, admitir, y con buen corazón.